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EGIPTO





ZAHI HAWASS: " CREO QUE HEMOS DESCUBIERTO LA MOMIA DE NEFERTITI"


El doctor Zahi Hawass (MÁS ALLÁ, 204) nunca deja indiferente a nadie. Omar Sharif lo definió como el mejor actor que ha conocido, y no se trata de un apelativo lanzado para desacreditar a su buen amigo. Hawass sabe jugar con la cámara como nadie, llevarse a los medios de comunicación a su redil y meterse en el bolsillo al público en cualquier conferencia. Y esto es lo que hizo el día 24 de septiembre en el Palacio de Congresos de Madrid.
El secretario general del Consejo Superior para las Antigüedades de Egipto, y viceministro de Cultura de su país, realizó una visita a Madrid para presentar junto al fotógrafo italiano Sandro Vannini el libro En el Museo Egipcio. Se trata de una obra de arte en sí mismo, repleto de fotografías de las piezas más destacadas de la colección cairota vistas por el inefable arqueólogo egipcio.
Sin embargo, la verdadera expectación se generó en torno a la segunda actividad programada en la agenda de Hawass en Madrid: la conferencia que dio ante un salón abarrotado.
Primicias mundiales
A lo largo de casi 90 min y bajo el título Mis descubrimientos, Hawass lanzó algunas primicias que, curiosamente, han pasado desapercibidas entre los medios de comunicación y que aquí queremos reseñar.
Dejando de lado la manida historia de la tumba de Cleopatra y Marco Antonio o las investigaciones en la Gran Pirámide –cuyos datos han aparecido en los últimos meses en innumerables páginas de Internet e incluso MÁS ALLÁ se ha hecho eco de ello–, lo realmente interesante de la conferencia fueron sus comentarios sobre los trabajos en el Valle de los Reyes de Luxor y en la necrópolis contigua, el Valle de la Tumba de los Monos.
De sobra es conocido el interés de Hawass por descubrir una tumba nueva en este lugar, en donde hace más de 3.000 años fueron enterrados soberanos como Tutmosis III, Ramsés II o el conocido Tutankamón. Precisamente, alrededor del halo de este misterioso soberano han girado las últimas excavaciones en el valle. La búsqueda de las tumbas de las reinas de la XVIII Dinastía y, en especial, la de Ankhesenamón y la de Nefertiti, la esposa de Amenofis IV, (Akenatón), han sido dos de las principales metas de este arqueólogo egipcio.
En 2009 el centro del Valle de los Reyes se vació por completo a fin de buscar una nueva tumba en las inmediaciones de la de Tutankamón. No hubo éxito, por lo que los trabajos se trasladaron al valle occidental, en el que se encuentran las tumbas de Amenofis III, abuelo de Tutankamón, Ay, su sucesor, y el comienzo de un sepulcro que según todos los investigadores perteneció a Akenatón.
En este área, Hawass y su equipo han descubierto los llamados depósitos de fundación de varias tumbas, esto es, los pozos a modo de marcas hechas por los antiguos egipcios con cerámica, vasos y textos en donde se dejaba constancia de la ubicación de una nueva construcción sagrada (ya fuera un templo o una tumba). “Tengo la convicción de que muy cerca de este lugar deberíamos encontrar la tumba de Ankhesenamón, la esposa de Tutankamón”, explico Hawass.
El tiempo dirá si el arqueólogo y su equipo tienen razón. Al menos, la evidencia de los depósitos de fundación es una prueba irrefutable de que existe una nueva tumba en los alrededores.



ARQUITECTURA FARAÓNICA  ANTISÍSMICA



Una de las razones por las que la arquitectura egipcia ha sobrevivido a todas las inclemencias y desastres naturales del pasado es porque estaba específicamente concebida para ello. Por ejemplo, los cimientos del templo de Dendera (Egipto) están protegidos por una arquitectura antisísmica capaz de evitar la “completa destrucción del edificio”, explica Matthieu Ghilardi, del Centro Francés de Investigaciones Científicas. El ingenio arquitectónico del Egipto faraónico, empleado contra tormentas o terremotos, esconde respuestas al cambio climático que expertos en geoarqueología tratan de desvelar ahora.
Las condiciones climáticas eran muy diferentes en la época del Antiguo Egipto: terremotos, inundaciones del Nilo y episodios de fuertes lluvias. Diferentes fenómenos naturales que quedaron registrados en los jeroglíficos y en la arquitectura. Así, una red de gárgolas construida en el complejo de templos de Medinet Habu, en Luxor, servía para desaguar en caso de lluvias torrenciales. Ghilardi se lamenta porque “ahora las casas carecen de un sistema parecido”, y recuerda las violentas tormentas que en 1994 destruyeron cientos de viviendas de barro.
Egipto verde
Los antiguos egipcios trataron de adaptar su estilo de vida a un paisaje natural que cambiaba sin remedio. Ahora pretenden justo lo contrario: modificar el paisaje natural, y están convirtiendo su desierto en bosques con aguas residuales.
El Gobierno egipcio ha puesto en marcha una iniciativa para regar las zonas desérticas con agua de desecho y convertirlas en bosques con una superficie equivalente al territorio de Panamá. Álamos, papiros y eucaliptos crecerán en pleno desierto gracias al agua que desechan 80 millones de egipcios todos los días. “El agua residual puede convertir lo no fértil, como el desierto, en algo fértil, ya que contiene nitrógeno, micronutrientes y sustancias orgánicas ricas para la tierra”, explica Nabil Kandil, profesor del Instituto de Investigación de Suelo, Agua y Medio Ambiente, dedicado al análisis de terrenos desérticos adecuados para la forestación.



TECNOLOGÍA AVANZADA


Los conocimientos tecnológicos de los antiguos egipcios pudieron ser mucho mayores de lo que se cree. La asombrosa precisión apreciable en sus pirámides, templos, sarcófagos y estatuas, pone de relieve que poseyeron una dotación de medios que deafía cualquier idea preconcebida.

Los artefactos que muchos agiptologos han tenido la oportunidad de medir en Egipto, presentan los signos de métodos de fabricación muy complejos. De echo, son extremadamente precisos, aunque el origen o intención de los mismos siempre estarán abietos a las especulaciones.

Para comprender como crearon los antiguos egipcios monumentos tan impresionante como las pirámides o los gigantescos colosos, tendríamos que fiarnos del examen realizado por científicos e ingenieros. Podrían tomar medidas con herramientas modernas que les permitieran analizar el alcance completo de aquellas obras, los aspectos mas difíciles que los egiptologos actuales ignoran cuando tratan de explicar como construyeron los antiguos egipcios tales edificios. Por ejemplo, el echo de que arrastraran con gran dificultad un bloque de 25 toneladas de granito encima de rollos de madera, no significa que pudieran lo mismo con un obelisco de 500 toneladas o con estatuas monolíticas de 1.000 toneladas de peso. Que golpearan unos pocos centimetros cúbicos de granito con una bola de dolerita no explica como se extrajeron miles de toneladas de granito de la base rocosa y se moldearan con extrema precisión para convertirlas en piezas artísticas excepcionales en los templos del alto Egipto. Para saber la verdadera majestad y la capacidad de los antiguos egipcios hay que conocer y apreciar el alcance de sus obras.